Miguel Caballero, dueño de una empresa que hace ropa blindada, habló en Mañanas BLU sobre los chalecos antibala usados en el robo en Medellín y que habían pertenecido al Fondo de Vigilancia de Bogotá.
Caballero explicó que estos implementos de protección tienen un tiempo de vida útil y deben destruirse cuando se vencen, por lo que no entiende por qué estos chalecos seguían en circulación.
“La única explicación que tenemos que dar es que los chalecos los vendimos al Fondo de Vigilancia, fueron 500, en el 2012, de los cuales los seriales son los reales. De estos, el material se puso a disposición de destrucción, lo que no se entiende es por qué terminaron en una tienda militar y por todo el país”.
“En este caso, de los chalecos del robo de Medellín, evidentemente muestran que son de esos que se destruyeron”, añadió.
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El experto detalló que cada chaleco tiene un número de serie, esto, para poder identificar a los usuarios y cuando se vencen, la misma fábrica debe destruirlos. Sin embargo, en este caso, la Policía de la capital del país subcontrató una empresa para hacerlo.
“La destrucción la hace la misma fábrica. No sé por qué la Policía de Bogotá subcontrató un empresa solamente para eso (…) El procedimiento va de acuerdo a la regulación del cuidado del medio ambiente, por eso se busca una compañía que lo haga. Ellos optaron por una empresa radicada en Mesitas del Colegio”.
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Sobre el robo en Medellín, dijo que no puede volver a pasar que estos elementos de la Fuerza Pública “terminen en manos de los civiles y mal usado”. Además, advirtió que en la regulación del país no hay control de la venta y comercialización de chalecos antibala.
Escuche la entrevista completa en Mañanas BLU:
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