'Catalina', quien pidió proteger su identidad por seguridad, es una mujer deportista de 23 años con discapacidad física y cognitiva y, actualmente, es representante de Bogotá en la liga paralímpica del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD). En septiembre del año pasado fue a una concentración deportiva en otra ciudad y allí habría sido abusada sexualmente por uno de sus compañeros.
Así lo denunció su madre Nancy, quien también pidió mantener su identidad en reserva. En diálogo con Mañanas Blu, cuando Colombia está al aire, relató cómo su hija cambió de actitud tras regresas a Bogotá, por lo que le preguntó y ahí mismo le contó los hechos: en un baño de una de las habitaciones donde se hospedaban, aparentemente, habría sido abusada luego de que la embriagaran sobre las 10:00 de la noche.
“Me dijo que estuvo en la habitación de X, empieza a llorar, su rostro se transforma y empieza a temblar. Me dijo que ese sujeto la contactó por la noche, que iban a hacer una integración del equipo y ella dice que no, él insiste e insiste que baje. Ella accede a bajar y había cuatro compañeros, todos hombres”, describió Nancy.
Según comentó, su hija Catalina no había contado nada antes porque “fue amenazada” por X el mismo día de los hechos: “Se siente atemorizada, él le dijo que si contaba, él pierdía a su familia y que el entrenador la podía sacar a ella del equipo”.
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En ese momento, aseguró la madre, la joven deportista y los demás atletas estaban a cargo del grupo multidisciplinario, quienes no se habrían dado cuenta de nada de lo sucedido y, ahora, no le dan respuesta, pese a que los exámenes ginecológicos dan cuenta de que Catalina tenía lesiones en sus partes íntimas como resultado, agregó Nancy, de la agresión.
En su relato, Nancy señaló que cuando su hija llegó a la habitación donde estaban los demás compañeros, le empezaron a “dar trago” y “más sustancias”.
Ella (Catalina) pregunta que donde están los demás. Empiezan a darle alcohol, la someten, se le sienta en las piernas (X) y la arrincona. Ella dice que se va, pero empieza a sentirse mareada. Me relató que se sintió como en una crisis de migraña (…) X la empezó a llevar a un baño, la tira al suelo y le quita el pañal, ahí la viola. Ella queda ahí, intenta defenderse, pero él le tapa la boca. Después la saca del baño y la amenaza, que no diga nada
Después de eso, finalizó, otro de los compañeros que estaba ahí “la sube a la silla de ruedas y le dice que no se vaya porque está mareada”. Catalina le dijo que sintió que alguien la pasó a una cama y no se acuerda de más; solo cuando regresó a Bogotá fue que contó todo.
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Nancy aseguró que el IDRD no le da respuesta y que “manejan con evasivas, no toman en cuenta la gravedad de la violación”.
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