Con videos de homicidios y audios: así amedrentaba el Tren de Aragua a sus víctimas en Bogotá

Es macabro lo que encontraron los investigadores de la Policía mientras le hacían seguimiento a los 19 integrantes del Tren de Aragua que fueron capturados en medio de la operación San Martín.

Algunos de los capturados eran los encargados, según las autoridades, de secuestrar y entregar a sus víctimas a sus cómplices, quienes después los torturaban y asesinaban.

Parte del material probatorio que está en poder de las autoridades, dejó en evidencia varios videos, fotos y audios de WhatsApp muy explícitos, con los cuales los delincuentes les probaban a sus jefes las ejecuciones, que muchas veces eran de sus mismos jíbaros, por no cumplir con las cuotas de la venta de drogas.

“Uno de los casos de relevancia está ligado al tráfico de estupefacientes. Una persona no estaba expendiendo la droga de esta organización. Ellos exigían que se vendiera la droga que ellos imponían, licor adulterado y marihuana, todo tenía que ser comercializado por quienes ellos decían”, le contó a Blu Radio uno de los investigadores del caso.

Alias ‘Niño Guerrero’, quien está en la cárcel de Tocorón en Venezuela y alias ‘Giovany’, quien está prófugo de la justicia, a través de WhatsApp y llamadas telefónicas ordenaban las ejecuciones y manejaban desde el vecino país todo el operar de la banda que quería apoderarse de cinco sectores de venta de droga en Kennedy, Bosa y la localidad de Santa Fe, que les deja al año más de 4.000 millones de pesos en rentas y por eso la oleada de violencia y sangre.

“Logramos identificar que estas personas se comunicaban con dos cabecillas principales en Venezuela, quienes desde allí lograban emitir órdenes, ejecución de homicidios y enviaban dinero para que esta organización delinquiera en este sector de la ciudad”, agregó el investigador.

Vea el informe de Noticias Caracol :

La Policía se infiltró en la banda y siguió paso a paso todo el actuar criminal de la estructura, allí se logró identificar al teniente de la Policía que recibía a través de plataformas digitales sumas entre $1.000.000 y $2.000.000 semanales para intimidar a los comerciantes de la zona e incluso, ordenar el movimiento de patrullas de la Policía para facilitar el asesinato de las víctimas.

“Allí logramos adelantar labores de infiltración, administración de fuentes humanas que conllevaron a la identificación del modus operandi de los delincuentes de la organización. Logramos adelantar infiltración en sus redes sociales, con el fin de identificar todas las actividades criminales que allí coordinaban”, contó el investigador.

A comerciantes los tenían aterrorizados enviándoles audios y mostrándoles videos con todo lo que les podría pasar en caso de no cumplir con las exigencias de la banda.

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