estaba girando recursos públicos para la atención en salud con destino a publicidad en el equipo de fútbol de Montería, Jaguares Fútbol Club, pero también al reinado de Ganadería y a la Academia de Béisbol de los Hermanos Rentería.
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A Jaguares Comfacor le pagó $150 millones de pesos. Al reinado de la Ganadería $45 millones, y a la Academia de Béisbol $247 millones. En este tipo de hallazgos, Comfacor gastó un total de $800 millones que debieron haber tenido otro destino; la salud de sus afiliados.
La denuncia ya está en el despacho del nuevo superintendente de Salud, Fabio Aristizabal. Pero hay más. La Contraloría encontró que la Caja de Compensación se gastó $14.450 millones en honorarios por administración delegada, y más de $2.000 millones en beneficios y auxilios extralegales de nómina. Todo esto violando el límite integración vertical que, según la ley, es del 10 %. Es decir que Comfacor gastó mucho más dinero del permitido para gastos administrativos y costos que no debía asumir.
La auditoría es de los años 2015, 2016, y 2017, aun cuando la caja de compensación se encontraba bajo la medida de vigilancia especial decretada justamente por la Supersalud y que fue prorrogada recientemente, pero, al parecer, sin que esta norma que hace más intenso el control de la Superintendencia surtiera efecto.
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En caso de que la SuperSalud reconozca los hallazgos podría llegar a intervenir a la EPS que tiene más de 589.000 afiliados. Aún no hay imputación de responsabilidad fiscal, pero se espera que este paso se de en las próximas semanas para encontrar responsables puntuales. Uno de los temas clave sobre salud que ha criticado el contralor saliente, Edgardo Maya, es el uso indebido de los recursos de la UPC.
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