No se ha completado la primera semana del 2019 y la cifra de líderes sociales asesinados en todo el país ya iguala al de días transcurridos en este nuevo año.
Este fin de semana, dos líderes fueron atacados con arma de fuego y perdieron la vida en Norte de Santander y Magdalena.
En el primer caso, registrado en Hacarí, hombres armados y en motocicleta llegaron hasta la vereda El Cedro, en la zona del Catatumbo, y atacaron en siete oportunidades a Wilson Pérez Ascanio, un hombre de 34 años de edad quien lideraba varios procesos sociales en esa zona veredal y era integrante del Movimiento por la Constituyente Popular (MCP).
El atentado se registró hacia las 5:30 de la mañana del sábado 5 de enero cuando Pérez Ascanio departía con varias personas.
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Tras sufrir el ataque, fue llevado hasta el hospital del municipio de La Playa de Belén, pero nada pudieron hacer los médicos de turno para salvarle la vida.
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En lo que va corrido del 2019, en el Catatumbo han sido atacados dos líderes sociales en el municipio de Hacarí.
Por otro lado, causa conmoción y consternación el asesinato de la líder de víctimas Maritza Quiroz Leiva, perteneciente a Anafro, quien fue ultimada a tiros en la madrugada de este domingo mientras se encontraba en su residencia de la vereda San Isidro, zona rural de Bonda en Santa Marta.
Autoridades indicaron que la mujer divisó al sicario al ingresar a la casa y huyó, sin embargo, este le dio alcance y empleando una pistola calibre 9 milímetros le propinó los tiros que le causaron la muerte de manera inmediata.
“Según nos comenta su hijo, él le manifestó a su madre que corriera para salvaguardar su vida, pero el sicario la persiguió y la asesinó. Estamos hablando de un crimen vehemente y que se tenía que cometer a como diera lugar”, explicó el comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, Gustavo Berdugo.
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Así mismo, el oficial informó que la víctima anteriormente residía en Palmor, corregimiento de donde escapó junto con sus cuatro hijos como consecuencia de los estragos de la violencia que tuvo que vivir al ser asesinado su esposo.
“Llegó a Santa Marta y trabajando lavando y planchando logró sacar a su familia adelante. Según los familiares, se reconocía como una mujer afro campesina y rural. Amaba el campo y decía que a las tierras donde mataron a su marido jamás regresaría”, precisó el oficial.
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El coronel manifestó que ya se iniciaron las pesquisas tendientes para esclarecer las causas por las que se perpetró este homicidio.