de no darse llevaría a su liquidación.
Alberto Merlano dio a conocer los problemas de estructura que sufre la empresa que maneja el nuevo modelo de recolección de basuras de la ciudad y que es propiedad del Acueducto de la ciudad.
Aseguró que en diciembre se recurrió a la compañía con un contrato de cuatro meses para ser intermediaria en la vinculación de las 2700 personas que usaría el distrito en el sistema de recolección de basuras.
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Pero “lo que se creó fue un problema de caja, se factura cada dos meses pero las cuentas son cada 15 días, la empresa debe tener un músculo financiero para subsistir”, mencionó Merlano al justificar que el acueducto no puede servir de garante así sea su propiedad en un 99 por ciento.
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“El problema financiero se resuelve no renovando el contrato el 30 de abril y tomando el acueducto la operación de basuras”, informó.
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“Se debe mirar si hay socios y volver a la filosofía inicial de ser un ente de comercialización del acueducto, dotarla de capital, liquidar los malos negocios y tratar de asumir sus pérdidas, que son cercanas a los 200 millones”, manifestó Merlano, quien concluyó que Aguas de Bogotá es una empresa que “no pierde pero no gana nada, no recoge sus deudas, no cumple con su finalidad”.