En una decisión que despierta polémica, la Plaza Botero será cercada y con entradas custodiadas por policías con horarios determinados para frenar el aumento de los hurtos y la mendicidad.
La intervención se hará en un trabajo conjunto de la Secretaría de Seguridad de Medellín y la Policía en un sector que es foco de la delincuencia por la alta presencia de turistas que llegan a apreciar las esculturas del maestro Fernando Botero.
La decisión es polémica porque si bien es una medida para la seguridad, se hará un encierro de una plaza que ha sido de acceso completamente libre y que ahora tendrá horarios determinados con seis entradas con uniformados y detector de armamento, como lo confirmó el alcalde Daniel Quintero.
"Esta vez va a tener algo particular el cerramiento es que va a tener unos arcos de entrada y salida que permiten detectar el ingreso o no de armas, de objetos no permitidos al área. Habrá seis puntos de entrada", sostuvo.
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En el sector ya fueron instaladas 57 nuevas cámaras para identificar a los delincuentes en una zona que es de alto número de atracos sobre todo a turistas.
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