Colombia no enfrenta hoy ningún peligro de racionamiento en materia de energía eléctrica ni de gas, según el Gobierno Nacional, incluso, si Hidroituango se retrasa más allá del 2024.
El suministro está cubierto en el corto plazo debido a que los embalses están en su nivel más alto desde 1987, mientras que, a mediano plazo el país puede contar con la entrada en operación de varios proyectos de generación eléctrica que ya están en desarrollo.
En los últimos días, varios sectores han advertido sobre la posibilidad de que el país se enfrente a una escasez de electricidad debido a los problemas que hoy comprometen el futuro de Hidroituango y que incluyen una millonaria condena por responsabilidad fiscal, problemas con las pólizas de seguros, un pleito arbitral con los constructores y, además, el hecho de que dos de los constructores se acogieron a la reorganización empresarial.
“Les vamos a garantizar el suministro de manera continua y confiable. Por su puesto, si hay retrasos adicionales aquí hacemos una revisión el balance energético de manera regular y no tendríamos problemas en hacer una nueva subasta del cargo por confiabilidad, si vemos que es necesaria para garantizar la energía en el año 2024”, dijo el ministro de Minas y Energías, Diego Mesa, en el congreso de Andesco.
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Esa subasta impulsaría que otros proyectos de generación de electricidad se aceleren o se desarrollen y, así, se cubre el hueco. El impacto en la tarifa de los usuarios dependería de qué tanto difiere el precio que ofrecen esos nuevos proyectos frente al que Hidroituango le ofrecía al sistema. Sin embargo, una subasta es un esquema competitivo que normalmente logra tarifas más bajas.
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