Los más de 10.000 migrantes represados en Necoclí temen que el Gobierno panameño límite el ingreso por su frontera y se agudice la crisis humanitaria. Miles de familias con niños de brazos duermen en la playa o dónde los coja noche mientras continúan su tránsito hacia el Tapón del Darién .
El panorama en las playas es cientos de carpas de campamentos donde las familias duermen y se hospedan, mientras consiguen un pasaje que se está comprando para zarpar cinco días después.
Tienen poco acceso al agua potable, a servicios sanitarios o alimentaciones, pues muchos viven del rebusque, mientras consiguen los $160.000 del tiquete, pues deben pagarlo de ida y vuelta así su plan no sea regresar.
La crisis es humanitaria, tal y como aceptó el gobernador de Antioquia , pues hay padres y madres, como Doña Adri Rico, quien espera conseguir los pasajes para sus diez hijos, que cruzan con cerca de 2.000 niños: “Nosotros venimos desde Caracas aquí y ahora nos dicen que nos cobran el pasaje de los niños como si fueran adultos, y no tenemos dinero”, relató.
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Pero no son sólo venezolanos, pues han llegado chilenos, cubanos y ecuatorianos, como Marco Guamán, que viaja con sus amigos y familia: “La travesía del Ecuador es muy dura, poco se come, lo poco se logra, donde nos coja la noche, en la calle en el bus, donde nos toque, pero es una travesía muy difícil”, contó.
En Necoclí, una familia brinda ayuda con la Casa de Maíta (casa de la madre para los venezolanos) a los migrantes sin esperar nada a cambio, permitiéndoles cocinar, recoger agua, guardar maletas o hasta recargar los celulares. Informa @Duvanandvasquez. pic.twitter.com/zK3yDIa3OD
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) October 12, 2022
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Por ahora, no solo hay preocupación por qué se limitaría el ingreso de migrantes a Panamá sino que este puente festivo son las fiestas del Bullerengue en Necoclí y podría aumentar el represamiento de extranjeros.
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