Medicina Legal entregó a la familia el cadáver del pequeño Maximiliano víctima de secta satánica

Medicina Legal entregó a la familia el cadáver del pequeño Maximiliano Tabares Caro, de seis años, quien fue asesinado por una secta satánica en un ritual en Remedios, Antioquia.

En la madrugada de este sábado comenzó el traslado desde la sede principal de Medicina Legal de Medellín del féretro que será llevado hacia Segovia.

El niño fue víctima de la secta satánica Los Carneros, integrada por la madre, la abuela materna, el padrastro y tres personas más, que hicieron un ritual para hallar una mina de oro.

“Lo trasladan a la 3:00 de la mañana, el sepelio va hacer aquí en la casa mía y el cuerpo lo van a esperar en el barrio Otún y van a llegar hasta la casa mía. Aquí se va a celebrar una misa a las 4:00 de la tarde. El domingo sale para ir al cementerio y allá se le va a celebrar otra misa”, reveló la abuela paterna, Carmen Bernal.

Recordemos que el pasado 1 de noviembre en medio del dolor y los reclamos de justicia se adelantó una masiva movilización en el corregimiento de La Cruzada, de Remedios, donde los habitantes llevaban bombas blancas, flores y camisas con el rostro del pequeño Maximiliano Caro  a quien se le rindió un homenaje en la calles de esa zona del Nordeste del departamento.

Este domingo en el cementerio municipal la comunidad de Segovia y Remedios le darán el último adiós, mientras avanza las investigaciones en contra de los responsables quienes se encuentran en cárceles de máxima seguridad en el país.

¿Cómo avanza la investigación en el caso de Maximiliano Tabares Caro?

En Antioquia conformaron un grupo especial de la Fiscalía y la Policía para investigar sectas satánicas, luego del caso del pequeño que fue sacrificado para un ritual satánico para encontrar una mina de oro.

Con total hermetismo se llevó a cabo el trabajo de un grupo de legistas en Medicina Legal en Medellín, para la plena identificación de los restos que fueron hallados en zona rural de Segovia, donde se hace a través de ADN con la carta dental y se estableció que sí se trataba del pequeño Maximiliano Tabares Caro, sacrificado por la secta Los Carneros en la búsqueda de oro.

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