Más de 8.000 personas están afectadas por los hostigamientos de los grupos armados en comunidades límites de Antioquia y Chocó, según una misión de la Iglesia Católica que recorrió las zonas.
Estos pobladores han sido confinados, desplazados o lesionados con campos minados por la lucha territorial del Clan del Golfo y el ELN en sectores rurales de Frontino, Dabeiba, Vigía del Fuerte y Murindó, en Antioquia; y en Istmina, Tadó y Bajo Baudó en Chocó.
En estas zonas, 50 integrantes de la misión humanitaria de la Iglesia Católica hicieron un recorrido para conocer de primera mano las vulneraciones de la violencia a 8.000 campesinos, afrodescendientes e indígenas que han estado cercados por esos grupos armados, pero podrían ser mucho más pues los territorios son tan amplios que no se ha podido cuantificar a todos los afectados.
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Sin embargo, lo que está claro es que los pobladores sienten miedo y abandono del Estado, según el obispo de la Diócesis de Quibdó, padre Juan Carlos Barreto.
"Realmente la gente se siente muy desprotegida por parte del Estado, como que les han abandado y tienen que enfrentar todos estos problemas. Es obvio que hay alguna presencia de institucionalidad pero esta es insuficiente", dijo Barreto.
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La misión de la Iglesia Católica exhorta al Gobierno Nacional a tomar acciones para proteger estas comunidades en riesgo, pues no solo están afectadas por los grupos armados sino por la falta de atención de salud, educación y servicios públicos.