La comuna 13 es hoy un territorio de contrastes. Para algunos, representa un lugar sombrío de calles donde la muerte acecha.
Sin embargo, en medio de esas cifras que hablan de 47 muertos solo este año, 411 desplazados y cerca de 14.000 personas confinadas, en la 13 también florece otra realidad: una que habla de cultura, de turistas y de alegría.
Las escaleras eléctricas de San Javier, símbolo de la transformación de Medellín, son escenario de muchas opciones de entretenimiento, entre ellas varios tour que muestran mediante grafitis y presentaciones musicales un recuento de la historia violenta de la comuna.
Jairo Zapata, más conocido como
“Perrograff”, es uno de los líderes del llamado “Grafitour”, que se ha convertido en uno de los grandes atractivos del sector.
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“Es un recorrido estético, histórico y político a través del cual contamos la realidad de la comuna, que no está cargado ni hacia lo bueno ni hacia lo malo”, asegura el líder. Agrega que el paseo por los rincones de la 13 es una muestra, como ninguna, de la más “fina resiliencia”.
Ciudadanos de todo el mundo acuden diariamente a la 13 para escuchar historias de resistencia y observar una indescriptible panorámica de la ciudad, mientras se toman una cerveza.
La comuna 13, la misma de las fronteras invisibles, las balaceras, la extorsión y las amenazas, también sabe hablar de música, de color, de sonrisas y de un alma cosmopolita que quiere borrar con grafitis la sangre derramada por sus jóvenes.
Según la subsecretaría de Turismo de Medellín, la capital antioqueña espera en 2019 la visita de 2 millones y medio de turistas, muchos de los cuales, indudablemente, irán a parar a la 13.
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