Amenazas por teléfono, mensajes y correos electrónicos, que se han extendido a diferentes miembros de su familia, sumado a visitas gritando a su casa y dejando prendas de vestir y otros artículos fue lo que desde febrero ha tenido que vivir Nataly por parte de su expareja en Medellín .
Este acoso la llevó a padecer una depresión de la que se percataron en su universidad y por la que, en abril, inició el proceso a través de la línea 123 Mujer, de la Alcaldía de Medellín, en busca de ayuda para evitar que ese acoso verbal y psicológico trascienda al físico y la conviertan en una potencial víctima de feminicidio.
El problema es que tuvieron que pasar tres meses para que las autoridades realmente atendieran su caso y le brindaran una ayuda, como lo narró a Blu Radio.
"Corriendo peligro mi vida, fui a la inspección y me dijeron que no era de su competencia que era de Fiscalía o comisaría, pero en Fiscalía y comisaría también afirmaron, en su momento, no ser las competentes", cuenta Nataly.
Tras conocer su situación, Blu Radio contactó a Nataly con diferentes líderes defensoras de las mujeres en la ciudad de Medellín y gracias a eso, en compañía de una abogada que portaba el chaleco que la identifica como miembro de la línea 123 Mujer, la comisaría de Familia recibió su caso.
"Solamente cuando uno va acompañado de una persona de la línea 123 de emergencia, identificada con carne y chaleco, te prestan atención, mientras tanto están corriendo peligro tu vida y la de tu familia", dice la joven.
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Una orden de restricción que va hasta el mes de septiembre y una citación a su expareja en la Comisaría, en ese mismo mes, fue lo que consiguió, pero aún su denuncia no es recibida por la Fiscalía hasta que se cumpla ese encuentro.
A pesar de ello, Nataly sigue temiendo por su vida. El hombre que la acosa le dice, a diario, que está armado y que ella y su familia son su objetivo y sigue acudiendo a su casa a hostigarlos, a pesar de la orden de restricción, razón por la que la joven cuestiona las ayudas que las autoridades dicen tener para personas que viven un caso como el suyo.
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"Las instituciones, que es como lo único a lo que uno puede acudir, ninguna. Lo grave del asunto es que que desde abril a junio vamos para tres meses y yo sigo en las mismas. ¿Para qué se llenan la boca diciendo 'ni una más' y marchan y ni la Alcaldía ni nadie hace algo", puntualiza Nataly.
Por ahora, Nataly y los líderes sociales que le tendieron la mano esperan que nada grave ocurra hasta que se llegue el día de la citación en comisaría, mientras que la joven quiso dar a conocer su historia para evitar que otras mujeres, como ella, tengan que padecer lo mismo.
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