Edison Arias Álvarez, de 36 años, murió en un hospital del municipio de Bello a donde fue llevado tras presuntamente haber recibido dos descargas eléctricas de una taser por parte de la Policía. Dichas descargas lo dejaron inconsciente.
"Para mí hubo muchas descargas de ese aparato y el hombre también estaba alterado, me imagino que eso ayudó al daño", relató Leandro Quintero, cuñado de la víctima, quien denunció un presunto abuso de autoridad.
Los hechos ocurrieron en una vivienda del barrio Prado, de este municipio del norte del Valle de Aburrá, donde hizo presencia la Policía en la madrugada tras recibir varios llamados de los vecinos que manifestaban haber escuchado gritos en el interior de la casa donde vivía el hombre con su familia.
"Al momento de ingresar al apartamento la patrulla evidencia que una señora de edad estaba siendo ahorcada por su hijo. La Policía se ve obligada a emplear la fuerza, en este caso, el arma taser. Esta persona es impactada por la taser, cae al suelo y la Policía termina de reducirlo, perdiendo así la conciencia. Las unidades trasladan a esta persona aún con vida a un hospital donde fallece", respondió el coronel Pedro Isaza, comandante del distrito 6 Norte de la Policía.
Los confusos hechos son materia de investigación.
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