Un desgarrador incendio de grandes dimensiones consumió por completo el barrio San Francisco de Itagüí, dejando a su paso no solo cenizas y escombros, sino también el futuro de 23 familias que ahora se encuentran en busca de un nuevo comienzo.
Las llamas voraces no solo redujeron a cenizas las viviendas construidas en madera, sino que también se llevaron consigo los sueños y los proyectos de 60 personas que llamaban hogar a esas casas. La magnitud del incendio requirió la intervención inmediata de los valientes bomberos, quienes lucharon incansablemente para controlar el fuego y evitar que se extendiera aún más.
En medio de la desolación, los afectados han encontrado refugio en un albergue temporal facilitado por la Alcaldía. Aunque la administración se ha comprometido a brindarles ayuda, estas familias enfrentan la difícil tarea de reponer lo perdido y reconstruir sus vidas desde cero. La comunidad ha respondido con solidaridad, pero los desafíos que enfrentan son enormes.
José Vidal, uno de los afectados, compartió su esperanza en la bondad de las personas de buen corazón. "Creemos en las personas de buen corazón, que nos ayuden con un solar o una vivienda; no necesitan regalárnosla, nosotros la vamos pagando como se pagaron las neveras, y como se pagó todo", expresó. La comunidad se une a su llamado, extendiendo la mano amiga que tanto necesitan en este momento difícil.
Estas 23 familias, en su mayoría campesinos, han perdido no solo sus hogares, sino también los medios de subsistencia que con tanto esfuerzo habían construido. Los animales como cerdos y gallinas, que representaban su fuente de alimento diario, también fueron víctimas de las llamas.
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