En diciembre del año pasado, el chileno Antonio Elias Huitraiqueo Epul llegó a Medellín para casarse. Sin embargo, debido a la pandemia la ceremonia solo fue por lo civil y no hubo celebración.
Pese a la alegría de estar con la persona con la cual compartiría el resto de su vida, el COVID-19 apagó sus sueños.
Desde marzo comenzó a complicarse, y su familia vivió una odisea para lograr una atención. El joven, de 28 años, no tenía cobertura en salud en la ciudad, por ende su esposa y la familia de ella tuvieron que recolectar dinero para cubrir los gastos médicos, un total de 90 millones de pesos.
Jefrin León Molina, cuñado de Antonio Elías, contó que tuvieron muchas dificultades para que fuera ingresado a una Unidad de Cuidados Intensivos.
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Finalmente fue recibido en la Fundación Clínica del Norte, donde falleció, y aunque ya no estaba contagiado, murió debido a las secuelas que le quedaron por el virus.
Somos nosotros como familia de mi hermana, los que hemos estado con todos estos trámites. Con tutelas, buscando ayuda, con Gobernación, hemos estado volteando demasiado. Quisimos tener la atención de él porque nadie quería hacerlo
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Los familiares de Antonio Elías y de su esposa tocaron puertas, como en el Consulado Honorario de Chile en Medellín, para poder repatriar su cuerpo, pero hasta ahora no han recibido respuesta.
Por esto, ellos mismos tuvieron que hacer todo el trámite para que finalmente sus restos sean enviados este viernes a Chile.