Jorge Londoño de la Cuesta, gerente de EPM, se refirió en Mañanas Blu a las dificultades que ha presentado el proyecto desde que el agua comenzó a salir este miércoles por la parte trasera de la represa y que desbordó el control que se venía haciendo por parte del equipo técnico.
Dado que no se puede descartar o afirmar con certeza que ocurra un daño mucho mayor y que generaría una emergencia de grandes proporciones en los municipios de influencia del proyecto, reiteró la importancia de seguir con los planes de evacuación en las poblaciones ribereñas de Valdivia, Caucasia, Tarazá, Cáceres, Nechí, así como en zonas limítrofes de los departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar.
“Encendimos la máxima alarma, el fluido de agua por la parte trasera se suspendió temporalmente, pero hacia la medianoche reinició. La situación nos preocupa y por eso hacemos un llamado al Gobierno Nacional e instituciones para que actuemos con mayor prontitud y celeridad en la emergencia”, afirmó.
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Trabajadores del proyecto venían adelantando a toda marcha la elevación de la represa a 410 metros, pero debido a la contingencia que obligó a la evacuación del personal operativo, las labores se vieron interrumpidas.
“Hay un punto fundamental y es poder alcanzar la cota 410 en el lleno de la presa, estamos en 403, faltan 7 metros. Es incierta la fecha que podemos tener pero le estamos poniendo toda la capacidad logística”, explica Londoño.
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EPM buscó asesoría internacional para atender la situación y durante toda la jornada se definirían nuevos planes de contingencia, debido a que en el momento la salida de agua escapa a las previsiones del proyecto.
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