La situación de orden público vivida el pasado domingo por enfrentamientos entre un sector de la hinchada de Nacional y la fuerza pública en el estadio Atanasio Girardot no solo tiene repercusiones en materia de seguridad y deportiva.
La economía de muchas familias que dependen de la venta de alimentos en cada partido está en peligro, pues por ahora el próximo encuentro de Atlético Nacional por Copa Libertadores se jugará en Barranquilla y aún es incierto el destino de las demás fechas en diferentes torneos cuando oficie de local.
Diego Muñoz, presidente de la Asociación de Arrendatarios del Estadio Atanasio Girardot, reportó que son 350 personas las que están afectadas por la decisión.
"El panorama es negro, definitivamente nosotros vivimos del fútbol. Ver que Nacional va jugar en otra plaza en un partido donde nosotros podíamos trabajar, estábamos preparados para ello y ver que se nos va, es demasiado complicado", aseguró Muñoz.
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Por lo pronto, tras los desmanes del domingo entregaron a la administración distrital un reporte con los daños sufridos y las afectaciones económicas a sus negocios.
Al ser el espectáculo del fútbol un asunto multidimensional, Muñoz lanzó una petición a la Mesa de Seguridad y Convivencia en el Fútbol para que encuentren un acuerdo pronto, pues obligaciones como las de un canon de arrendamiento de $1.700.000 mensuales y el salario de varios trabajadores, no dan espera.
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"Invitamos a todos los implicados que se sienten y analicen que no es una afectación solo para ellos, sino para muchas personas", declaró.
Por lo pronto, el próximo 21 de abril volverá a sesionar la Mesa con el fin de encontrar acuerdos que permitan poner fin al distnaciamiento entre los directivos del club verde y una de sus barras más populares y representativas.
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