Las playas de Necoclí en elUrabá antioqueño actualmente son un campamento de migrantes. Poco a poco, desde hace quince días, comenzaron a llegar y ya son más de 1.000 los migrantes que están varados sin poder cruzar hacia Panamá.
“El gobierno panameño cerró nuevamente las fronteras y se interrumpió el paso hasta las costas del Chocó ”, comentó el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón.
Por dicha restricción fronteriza, el número de migrantes podría aumentar a 2.000 en las próximas semanas, razón por la que se declaró emergencia sanitaria y humanitaria en el municipio.
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Ya se están quedando sin recursos, no tienen plata. Muchos están aguantando hambre.
Además, la presencia de los migrantes está afectando la principal actividad económica de Necoclí: el turismo. “Muchos están haciendo sus necesidades fisiológicas en las playas”, denunció Tobón.
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Las autoridades locales realizaron un consejo de seguridad extraordinario para evaluar la situación y le solicitaron apoyo al gobierno departamental y nacional para atender a los migrantes.
Esta situación ya se había presentado entre abril y mayo de 2020 cuando las fronteras se cerraron por cuenta de la pandemia del COVID-19. En ese entonces fueron 300 los migrantes varados.