Campesinos en Cáceres, en el Bajo Cauca antioqueño, están confinados en un refugio humanitario tras las hostilidades de grupos armados ilegales que causaron la masacre de cuatro pobladores.
La zozobra persiste en las comunidades rurales de esa localidad del Bajo Cauca antioqueño, en especial en la vereda San Pablo donde se registró la más reciente masacre del país.
El temor en el territorio por los enfrentamientos de los grupos armados ilegales, sobre todo del Clan del Golfo y la guerrilla del ELN, han conllevado a que al menos cinco familias se hayan desplazado pero también que la mayoría de los campesinos estén confinados. Incluso, se ubicaron en un refugio humanitario en esa misma vereda como lo señaló William Muñoz, presidente de la Asociación de Campesinos del Bajo Cauca.
“Confinamiento siempre se ha tenido en ese sector de Cáceres, temas de movilidad o extensión de control horario en los caminos, control de movilidad en los caminos, debido a lo que se pasó en San Pablo la comunidad se concentró en un refugio que tienen allí”, afirmó.
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La misma Defensoría del Pueblo ha alertado que los confinamientos podrían evidenciarse hasta en 33 veredas de Cáceres por las hostilidades que ponen en riesgo a los campesinos.
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