A partir de la última semana de enero comienza la transición a la temporada seca que ya registra algunos incendios forestales en el territorio.
Según Ana María Roldán, subdirectora ambiental del Área Metropolitana, el Bajo Cauca y el nordeste antioqueño son sectores que, al presentarse más conflagraciones, afectan la calidad del aire en el Valle de Aburrá .
Para Medellín , durante la elaboración del plan de acción climática fueron identificados los corregimientos de Santa Elena y San Sebastián de Palmitas como los territorios más vulnerables a incendios forestales, mientras que en los barrios Guayabal, Castilla y Villahermosa se pronostica se conviertan en puntos de calor, es decir, que su temperatura aumentará considerablemente.
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Hasta el momento la entidad adelanta, a través del proyecto Siata, el monitoreo de puntos calientes con equipos que permiten identificar las dinámicas de los vientos por medio de radares e información satelital. Además, conocer los lugares que tienen riesgo de incendio por su cobertura vegetal, condiciones de humedad, lluvia o radiación solar.
“Esto se identifica con una banda infrarroja. Los sensores permiten inferir esa temperatura de más de 1.500 grados centígrados, y cuando hay una probabilidad del 95% de certeza de ese punto caliente, es cuando se indica que la zona es sensible a incendios forestales”, señaló Roldán.
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Entre las estrategias para mitigar el fenómeno del cambio climático está fomentar el transporte sostenible y métodos de energía renovable.