a donde acuden fans de todo el mundo a rendirle homenaje veinte años después de su suicidio.
Tras dos décadas de que el líder de la banda grunge se quitara la vida, esta ciudad venida a menos en el noroeste de Estados Unidos, a dos horas de Seattle, busca mantener vivo el legado de su hijo predilecto.
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El alcalde Bill Simpson rechaza las críticas por conmemorar la vida de un adicto a las drogas que se suicidó cuando su hija era aún pequeña.
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"Todo el mundo dice: 'Oh, Kurt era un drogadicto, y Kurt era un hombre desagradable'. Pero cuanto más leo, cuanto más estudio sobre él, era un tipo con los pies en la tierra, un individuo muy bondadoso y afectuoso", dijo Simpson a la AFP.
Kurt Cobain murió a los 27 años, cuando Nirvana se encontraba en la cúspide, con grandes hits que incluían "Come as you are" y "Smells like teen spirit", con el nacimiento de una generación de bandas grunge, una mezcla de punk y heavy metal.
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Había llegado lejos en pocos años: de las sombrías calles de la maderera Aberdeen a la fortuna y la fama internacional, que lo llevaron a vivir en una lujosa casa en el exclusivo barrio de Denny-Blaine de Seattle.
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Fue en esa casa, en una habitación arriba del garaje, que su cuerpo fue encontrado el 8 de de abril de 1994.
Cobain se pegó un tiro en la cabeza. Los forenses hallaron grandes cantidades de heroína en su organismo, y calcularon que había fallecido el 5 de abril.
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Así, el líder de Nirvana entró al llamado "Club 27", la lúgubre lista de estrellas que han muerto a causa de las drogas o el alcoholismo a la edad de 27 años, entre ellas Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, el Rolling Stone Bian Jones, y más recientemente, Amy Winehouse.
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Al igual que para esos otros grandes de la música, la muerte no hizo más que aumentar la fama de Cobain.
Con AFP