Colombia se apresta a dar un paso histórico este jueves en La Habana con un acuerdo para fijar las acciones que podrán fin al cruento conflicto armado entre el gobierno y la guerrilla de la Farc, que ha durado medio siglo.
En presencia de numerosos jefes de estado y del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el presidente Juan Manuel Santos y el jefe supremo de las Farc, Timoleón Jiménez (Timochenko) deben firmar al mediodía en La Habana un acuerdo que traza los pasos para el cese definitivo y bilateral de las hostilidades.
Es un paso decisivo que permitirá terminar en el corto plazo el fin del más antiguo conflicto bélico de América Latina, que oficialmente ha dejado más de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
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El acuerdo, anunciado el miércoles por los negociadores después de tres años y medio de pláticas en Cuba, constituye el último punto espinoso a resolver por las partes antes de la firma de una paz definitiva.
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El texto, que define las principales modalidades del fin del conflicto, concierne igualmente "la dejación de las armas y las garantías de seguridad (para los rebeldes) y la lucha contra las organizaciones criminales (...) sucesoras del paramilitarismo", según indicó el miércoles en anuncio conjunto, sin ofrecer más detalles.
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Tampoco fijó una fecha para la entrada en vigor del cese al fuego, aunque los enfrentamientos armados son cada vez más escasos en los últimos meses, especialmente por el fin de las hostilidades decretado unilateralmente por las Farc desde julio de 2015.
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"Lo más probable es que el inicio del cese al fuego bilateral coincida con la firma final de los acuerdos, probablemente en agosto o septiembre", opinó Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el análisis de conflictos (Cerac).
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A inicios de semana, Santos estimó que el diálogo de paz podría concluir el 20 de julio, fiesta nacional de Colombia, fecha que el ejecutivo y la guerrilla habían programado reunirse.
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Mientras que Santos mostró su entusiasmo el miércoles al escribir en Twitter que la paz es "un sueño que comienza a hacerse realidad", el comandante de las FARC advirtió que la paz solo sería posible si los negociadores del gobierno "no se aprovechan los últimos minutos para conseguir lo que no han podido en 4 años de debate".
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Durante la ceremonia de firma, se espera que los guerrilleros revelen los términos de la desmovilización de sus cerca de 7.000 combatientes que deberán desplazarse a áreas de concentración.
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Ya se anticipa que su desarme se realizará bajo la supervisión de una misión de la ONU.
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Pero alcanzar la paz con las Farc no significará el fin total del conflicto militar en Colombia, donde aún resta llegar a un acuerdo con la guerrilla del ELN y terminar con el accionar de las bandas criminales remanentes de grupos paramilitares, que persisten en desafiar al gobierno.
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"Creo que la actividad del ELN sobre todo y Bacrim (bandas criminales) hace que todavía no se pueda hablar de un fin completo del conflicto armado. Será el fin del conflicto armado mas importante de Colombia, pero no de todos", dijo el analista del Grupo de Crisis Internacional para Colombia, Kyle Johnson.
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Sin embargo, la esperanza es permitida si este acuerdo se conjuga con el anuncio de marzo último del próximo lanzamiento de un proceso de paz con el ELN, luego de mas de dos años de conversaciones preliminares confidenciales.
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En las conversaciones abiertas con las Farc en noviembre de 2012, el "fin del conflicto" es el quinto de seis puntos que han de someterse a acuerdo.
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Ya se alcanzaron acuerdos parciales en el tema agrario, el tráfico de drogas, la reparación de víctimas (que incluye la aplicación de la justicia a los ex beligerantes) y la participación política de los rebeldes desmovilizados.
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Las partes también llegaron recientemente a un acuerdo sobre el marco legal del acuerdo final de paz y el abandono del reclutamiento de menores por parte de la guerrilla.
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El último punto en suspenso concierne al mecanismo de refrendación del acuerdo final de paz.
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El presidente Santos se pronuncia por un referendo, mientras que las Farc, después de haber exigido por mucho tiempo una asamblea constituyente, se declararon recientemente abiertos a una consulta popular, lo que permite a los observadores avizorar una pronta resolución de este último punto.