
El reconocido obispo de Buenaventura, monseñor Héctor Epalza se despidió del Valle del Cauca, después de 13 años de estar en la diócesis y de ser el referente de la población porteña.
El religioso no seguirá más como el máximo representante de la iglesia católica en el primer puerto sobre el pacífico colombiano.
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Para Epalza su mayor logro fue trabajar por la población, denunciar a las bandas criminales, la existencia de las casas de pique y su mayor dificultad fue el último paro cívico que genero caos en la región.
“Deja mucha satisfacción de la misión cumplida, porque uno no fue perro mudo y se sacó la cara por el pueblo, se cumplió con corazón grande la misión que el señor me ha confiado y sobre todo por los más frágiles que sufren por esta sociedad que se engolosina con el poder y el dinero”, señaló monseñor.
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Epalza se trasladaría a Bogotá para seguir un tratamiento de salud, en su remplazo llegará el padre Rubén Darío Jaramillo oriundo de Pereira.