agropecuario nacional.
Este jueves, por ejemplo, comerciantes de la central de acopio de Corabastos anunciaron en una carta su adhesión al paro nacional que completa cinco días, afirmando que cesarán actividades si no se atienden los reclamos de los campesinos y si no se da una solución a los pedidos de democratización en el establecimiento.
Por otra parte, unos 30 campesinos de Guasca y Guatavita llegaron al municipio de La Calera, aledaño a Bogotá, para adelantar una manifestación pacífica.
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En Ubaté la situación es más complicada. Campesinos y camioneros bloquearon la vía desde Zipaquirá con tractomulas y llantas quemadas. En el municipio, que abastece de papa a Cundinamarca y los santanderes comenzó a escasear la legumbre.
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Luis Eduardo Martínez, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, anunció a su vez que durante las revueltas de 200 encapuchados de las universidades Pedagógica y Nacional no había estudiantes sino terroristas de las Farc, con “artefactos explosivos diseñados para matar”.
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En ese sentido, afirmó que las protestas en los centros educativos hacen parte de estructuras revolucionarias y no del paro nacional agrario.
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En el caso de Corabastos y de las manifestaciones en municipios aledaños a Bogotá, Martínez aseveró que no han tenido inconvenientes de infiltraciones y que garantizan el derecho a la protesta siempre y cuando se ciña a la ley.
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