“Necesitábamos utilizar los corredores de tren para poner Transmilenio, tiene una gran capacidad, más que un tren de cercanía, su costo de operación mucho más bajo, adicionalmente es muy flexible”, dijo Peñalosa.
El burgomaestre rechazó el proyecto de trenes ligeros por considerar que este necesitaría una cerca o un muro que atentaría contra el urbanismo de la ciudad.
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“Hay que hacerle una cerca o un muro de lado a lado, el tren de cercanías por fuera de la ciudad no tiene ningún problema (…) Problemas urbanísticos enormes, botan basura, fuman marihuana y desvalorizan”, dijo el burgomaestre.
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“El bus tiene ventajas sobre el tranvía”, agregó Peñalosa.
Sobre los inconvenientes que representaría el tren de cercanías, Peñalosa dijo que si se superan las intersecciones, el proyecto no representaría ningún problema.
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“Tiene más flexibilidad el problema es que se superen bien las intersecciones de Bogotá y que no vaya a requerir subsidios, es un proyecto interesante y distinto”, agregó el alcalde.