Rozo aseguró que “hay que aclarar que nosotros no adoramos a satanás ni hacemos sacrificios, nosotros veneramos a Lucifer que para nosotros es nuestro dios y eso no tiene absolutamente nada que ver con el demonio como creen algunos”. (Lea además: Historia extranormal: el refugio de los demonios ).
El pastor de 40 años explicó que “nosotros no tenemos nada que ver con el diablo, simplemente adoramos a Lucifer que es nuestro ángel de luz que se rebeló ante el gran dictador que para nosotros es Dios”.
Dijo que los habitantes de la zona de la vereda de Aguacatala, en Calarca, han “realizado varias protestas” porque “es obvio que en un país católico como Colombia no se acostumbren a algo como esto”.
Afirmó que es la misma historia la que se ha encargado de “meterle en la cabeza a las personas que Lucifer es el demonio pero eso no es cierto, él es un ser de luz”.
Agregó que “es una decisión personal ser luciferista, por ejemplo hay que ver cuánta gente ha muerto en nombre de Dios y cuánta en nombre de Lucifer”.
El director de la iglesia luciferista en Colombia explicó que en los ritos que se hacen en el centro de adoración son de “agradecimiento con el ángel de luz por favores recibidos”.
Sobre la financiación del templo, Rozo reveló que fueron los aportes de los “adoradores alrededor del mundo” los que le permitieron la creación y mantenimiento de la iglesia que ha generado polémica en Quindío.
Insistió en que en su iglesia no se comete ningún tipo de sacrificio ni humano ni animal, “en realidad muchas veces las autoridades han llegado para buscar la forma de cerrarnos pero todos nuestros papeles están al día y no tienen nada que hacer”.
“Deberían intentar adorar a Lucifer y verán cómo les cambia la vida”, dijo Rozo.